Una aventura personal puede ser una buena propaganda
Guillermo Javier Puliani es de Buenos Aires, y se autodefine como un viajero incansable. En sus más de treinta años de edad ya recorrió treinta y tres países: "Mi idea siempre fue recorrer el lado poco conocido de los lugares, explorarlos y disfrutarlos para darles el valor que corresponde", comentó.
Después de tantos kilómetros recorridos Guillermo decidió quedarse a vivir en Ushuaia, Tierra del Fuego, durante algunos años para poder descubrir lo que hay más allá de lo tradicional, para conocer y recorrer los rincones de esa provincia que pocos se atreven a descubrir y a mostrar.
Es así que inició su proyecto "Caminando Tierra del Fuego", el que es totalmente personal en el que se dedica a la difusión de los diferentes rincones más inhóspitos de Ushuaia y alrededores: "A través de fotografías y relatos la idea principal de este trabajo es mostrarle a los argentinos y al mundo el maravilloso encanto de esta región de la Patagonia, para que de esta manera todos aprendan a valorar, respetar y cuidar el lugar donde vivimos". Sostuvo que después de vivir cuatro años en el fin del mundo su idea es continuar "rompiendo un poco el molde donde siempre se muestra lo más turístico de los lugares para que todos puedan llevar adelante sus sueños de caminar la Patagonia a fondo".
En su búsqueda de naturaleza y difusión de los lugares y paisajes es que se puso como propósito pegar un salto hacia Santa Cruz y aquí recorrer a Cabo Vírgenes, la Pingüinera y llegar al Km 0 de la Ruta Nacional N°40. Qué mejor que la mirada de un "ajeno" para exponer sus impresiones sobre las bellezas que están distantes a un puñado de kilómetros de Río Gallegos.
La travesía
Este viaje lo realizó en compañía de su novia. Ambos sabían que no sería fácil llegar al Cabo Vírgenes a dedo; ya de entrada conocían que desde el centro de Río Gallegos debían recorrer 150 Km.
Contratar un particular o agencia para llegar hasta Cabo Vírgenes no era alternativa, dijo, por lo cual a las 07:00 luego del desayuno empezaron a caminar los 20 Km. que separan la ciudad capital con el cruce de la Ruta Provincial N°1 que conduce luego de 130 Km. al faro de Cabo Vírgenes. El tramo comprendido entre la Avenida San Martín, que luego se convierte en Ruta N°3 -unos 20 Km. lo hicieron caminando en su gran mayoría, y en dos vehículos que los levantaron por tramos; el primero los llevó hasta el control policial de Chimen Aike, y el segundo se trató de un camionero que tenía destino final Punta Arenas, los alcanzó hasta el cruce de la Ruta 3 con la Ruta Provincial 1. "El panorama era bastante desalentador porque la mayoría de los vehículos seguían su camino por la Ruta 3 y ninguno se desviaba a la Ruta 1", indicó. No obstante, "para sorpresa nuestra una camioneta de Vialidad Nacional se detuvo y nos dijo que ellos irían a 14 Km. antes del Cabo Vírgenes, recorriendo de esa manera unos 115 Km. con ellos". Ante esto rememoró que lo primero que les consultaron fue cómo pensaban volverse de Cabo Vírgenes: "No sabíamos qué contestar, además de que no solo deberíamos volver, sino que también caminar o conseguir otro vehículo para esos 14 Km. restantes para poder llegar a destino".
Se subieron igual. Un dato relevante que marcó Guillermo es que el camino hacia Cabo Vírgenes fue mejorado: "Hay mucha desinformación sobre el estado del camino y eso hace que muy poca gente se acerque a conocer estas latitudes", remarcó.
Quedaron a la altura de la estancia Monte Dinero y ahí comenzamos a caminar a un paso más acelerado para cubrir los 14 Km. que les faltaba para llegar a destino. Tras unos 7 Km. de caminata de frente vieron un vehículo y se le ocurrió pararlo de todas maneras. Contó que era un muchacho que trabaja para el Consejo Agrario Provincial en la Reserva Provincial Cabo Vírgenes. Se detuvo y les preguntó qué hacían caminando por ahí: "No dudó un instante en pegar vuelta atrás -él volvía a Río Gallegos- y llevarnos hasta la reserva".
"Nos sorprendimos increíblemente por esta reserva y por la cantidad enorme de pingüinos de Magallanes que pudimos ver. Él nos contaba -joven que los llevó- que hay aproximadamente unos 300.000 pingüinos", recordó, resaltando "pudimos disfrutarlos. La reserva está muy bien conservada con cartelería explicativa".
Increíble, como pocos
Su próximo paso fue ir hasta el Faro de Cabo Vírgenes, distante a unos 6 Km. de la reserva. También lo hicieron caminando y llegaron hasta el Faro y además hasta el Km. 0 de la Ruta N°40: "Es un lugar impresionante donde se puede ver el mar con su fuerza, disfrutar de los contrastes de los colores de la playa y parte de la estepa.
Un lugar increíble, un lugar como pocos", manifestó.
Alrededor de las 18:00 decidieron emprender la vuelta a Río Gallegos. Cerca del acceso a la planta de procesamiento Batería Recepción Magallanes del consorcio YPF - ENAP, dialogaron con los empleados de seguridad y les dijeron que ya las combis de empleados se habían ido, que no sabían exactamente si alguien los podría llevar hasta la ciudad. Para su fortuna después de unos minutos un camionero los levantó cuando le hicieron dedo.
Al cabo de cuatro horas -el camión circulaba lento porque iba con carga- llegaron a Río Gallegos. Luego de este intenso día puntualizó: "Una experiencia donde vivimos muchas sensaciones. Sensaciones de incertidumbre pura, de nervios, de alegrías y sonrisas. Una experiencia así, no se olvida fácil". Como esta travesía Guillermo las publica en https://trekkingenushuaia.blogspot.com en donde plasma sus vivencias y resalta los pro de los lugares que recorre.